2007/01/23

La Boquería



Der ganzen Markt sieht bunt aus, man kriegt guten Hunger, Lust auf kochen mit frischen, echten Zutaten. Einfach durchzulaufen ist eine Erfahrung für die Sinne. Bleiben und ein Glas Wein trinken, dieses Geschäft den Lebensmitteln lohnt sich eine Weile zuschauen.



Se llega a olvidar cómo es la avalancha de sensaciones que se puede vivir simultáneamente en un mercado fresco, con aromas y colores auténticos. Vale la pena pasear un rato, o parar en uno de los pequeños bares, tomar una copa y admirar la vida del mercado, que inspira a cocinar bien, con buenos ingredientes.

2 Kommentare:

VILLAMIX hat gesagt…

Que lindas fotos del mercado, aunque la verdad no se si esos mercados igualen la magia de de los mercados colombianos, existiendo de toda clase, lindos, feos y asquerosos; Tranquilos, peligrosos y hasta extremos.

La eterna plaza de mercado de Paloquemao viene de inmediato a mi mete y espero que también llegue a la suya, con un sector digno de fotografías, que es el que queda por la entrada de la calle 19 donde está la imagen de una virgen protectora y por donde se accede al sector de frutas y verduras que tantas veces usted y yo tuvimos que deambular haciendo los "mandados" de nuestras queridas madres.

Oliver Plata hat gesagt…

No, no la igualan. Diría, muy diplomáticamente, que son simplemente diferentes. Pero la verdad es que la variedad e intensidad de allá no la he conocido todavía en otro lugar. Puede ser, claro, que me hace falta viajar más. El asunto es que va uno haciéndose un mundo de consolación, como en los concursos. Y pues sí hay otras cosas que se ven, incluso la forma de vivir el ir a mercar...

La compra, el mandado, sí señor, buen recuerdo. Sobre todo si al recuerdo se añade la obligada escala técnico logística, en los puestos de comida típica.

De la plaza de Paloquemao hay tanto tan invisible, como el mismo proyecto, diseñado por el Maestro Dicken Castro, con quien me crucé el año pasado durante mi corta estadía en Colombia, en la entrega de los Premios Lápiz de Acero de la revista Proyecto Diseño. Nadie se percata de lo arquitectónico, y con razón, pues el uso sobrepasa la posibilidad de fijarse en la edificación. Pero la próxima vez que pasen por ahí en su helicóptero, no olviden voltear a ver hacia allá y aprovechen la buena perspectiva.

Por ahora es todo y que la vírgen de la entrada de la 19 nos siga protegiendo. Amén.