2008/11/23

Goldener Paradoxon - Paradoja estética







Si bien abomino el dorado en gran parte de sus apariciones, en Viena –así como en el trabajo de Klimt–, luce el oro de un modo que deja claro que no podría ser diferente. Y el tamaño de la firma, junto al ostentoso metal, grita que ¡no es de modestia de lo que se trataba el asunto! Pero se le perdona también al Profesor Olbrich quien, después de tantos años de no estar vivo, sigue enseñando a través de la lograda vitalidad de sus trabajos.

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