

Pero mi pregunta apunta al efecto que sobre esta práctica pueda hacer llevarla al cine (naturalmente, no por primera vez, pero nunca por un director de "ese lado": ¿una aceleración en el crecimiento de la popularidad que el Rugby ha ganado en los últimos años? Una de las intervenciones que más sigo lamentando es la asimilación al fútbol que se hizo en los uniformes, desde que marcas norteamericanas se ganaron espacio en las copas y torneos de mayor importancia: esas camisas sedosas y ajustadas de superhéroe no son lo que ha caracterizado al juego y sus jugadores. A mí me llegó como una caricaturización del Rugbyman, producto de aproximaciones sin respaldo cultural. Tal vez se trata solamente de un brote de nostálgica inflexibilidad subjetiva de parte mía.
En fin, allá apunta mi pregunta con respecto a Invictus. Veremos las posibles respuestas. Sólo espero, como buen amante, que el menos afectado sea mi buen Rugby.
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