2008/09/09

Forjando cultura


*Fragmento del Poster-Booklet del CD. Del sitio Web del Ilustrador, http://www.studioespinosa.com/images/projectimg/71_PomboMusical_01_thumb1.jpg*

Al regresar mi esposa y mi hijo de sus 2 semanas más (que yo) de visita a la madre patria, veo que han traído con ellos una diversa colección de la obra de Rafael Pombo, ese tan talentoso e injustamente tomado a la ligera creador bogotano, colombiano, latinoamericano, universal.

Esta vez se han dado a la tarea, con tan buenos resultados, diversos artistas de diferentes disciplinas que, aparte de saber que lo hacen (como casi todos hacemos las cosas hoy en día) con ánimo comercial, ya no se les reprocha por el justo y sencillo hecho de que han logrado un producto de muy alta calidad. Al menos no se piensa que, una vez más, se ha entregado el dinero por un forro lleno de nada.

Desprendiéndome de la lucha antimercantilista y volviendo al talento que logra devolvernos al grandioso Pombo en su versión más contemporánea y, a una sorprendente vez, en la más clásica, lo primero que escuché fue esos versos que, de tanto tenerlos tan de cerca y con tanta frecuencia en la infancia, chispean en la memoria sin esfuerzo, sólo que ahora a ritmo neovallenato, género que también lograra implantar hace unos años el mismo intérprete y productor del CD, Carlos Vives. Un resultado tan actual pero tan respetuoso, tan logrado en la interpretación de muy conocidos (por el público, no todos por mí, que en algunos años fuera del país no me entero de un par de cosas) artistas, con la garantía de que, me atrevo a predecir, el empolvado y prácticamente olvidado Don Rafael recuperará un privilegiado lugar que nunca le debió ser arrebatado. En las voces de más jóvenes pero igual orgullosos representantes de las expresiones colombianas, un trabajo que no me canso de celebrar que haya sido recuperado y puesto a la altura de los nuevos tiempos. La infaltable Andrea Echeverri con su Milagros, acude también a la cita brillando con la oportunidad de quien sabe estar en el lugar correcto, en el momento indicado. Juanes, con un tema a su medida, tal vez demasiado operetizado, diría mi esposa sin poca razón. Los que no cito, como antes salvaba, producto de mi desinformación en estos años de colombianidad desde la distancia, pero no menos talentosos, excepto un par de voces demasiado comerciales para mis usos.

Escuchar las canciones es un placer, en cuanto se recorre, repito, algo bien conocido pero vestido de nuevo, afortunadamente remozado. Esto junta dos sensaciones bien agradables: la tranquilidad de recorrer caminos conocidos y la alegría de la novedad o, más bien, del reflorecer, eso que sólo llegué a entender completamente desde que vivo en un país de estaciones. Y para los que disfrutamos de la música en más de sus múltiples aspectos, la carátula me recordó a uno de mis más admirados dibujantes, caricaturistas e ilustradores del mismo país, ese que llamo mío más por derecho autoreividicado que por ejercicio: Leo Espinosa, el legendario Leo Cómix. Y no me engañaba, en efecto y en lo que a mí respecta con nunca más acertado juicio, se encargó a este artista iluminar el booklet. Precisamente, si tuviera que definir por qué me atrae el trabajo de Espinosa, es por esa lograda combinación de elementos conocidos, sea en el trazo, en algunos personajes, en los espacios en que los escenifica, con ese aire de lo deliberadamente nuevo.

Héme aquí, pues, reseñando, recomendando, un CD de música infantil, de esos que los adultos devoramos con algo más que gusto, con verdadero culto.

El otro Rafael Pombo se me presenta en el más tradicional formato, un libro ilustrado. Pero aquí, además de tardarse en releer los textos del autor, se queda uno horas contemplando la concepción de esos personajes que, creía, ya conocía tan bien después de tantos años de otros libros, puestas en escena (desde izadas de bandera en colegios hasta el Teatro Colón), programas de televisión, y la propia imaginación. Es, de nuevo, como si todos ellos hubieran vuelto a nacer, como si los conocidos de siempre aparecieran con nuevo rostro y ello no nos espantara, sino que nos llena de inmensa felicidad y renovada confianza.

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