*"Pues gente rara sí entra permanentemente, pero nadie a tomarme fotos..."*
Como aventura vale la pena hacerlo alguna vez. Pero habituarse al vino de barrica debe traer serias consecuencias al paladar, sin contar de ahí para adentro/abajo. Como la imagen evidencia, no nos encontramos en una juguetería o en un concesionario de Aston Martin. Es gracioso, simplemente por no conocer la costumbre, ir con su botella a tanquear vino. Y ahí arrancó la tarde.
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen