2007/02/11

Alte Gewöhnheiten wiedergewinnen - Recuperando



Wie schön kann diese erste Begegnung mit einem Haus sein, wenn man noch nicht reingekommen ist und hat außer die hübsche Fassade ein Gegenstand getroffen, der den detallierten Aufwand zeigt. Interfaces die der Übergang Straße - privater Raum ermöglichen.
Technischen Geräte die ohne große Veränderung noch bleiben bis auf den traurigen Verlust dieses Charakters die der Ankommen des Fremdes viel freundlicher und Angenehmen gemacht haben.
Gerade in Barcelona habe ich mich daran erinnert, daß früher ich auf diesen Teilen viel geachtet habe. Manche die heute noch an Haustüren und Fahrstühle überleben wie diesen angebildeten ein Haus neben des berühmten Restaurants Els Quatre Gats [Die vier Katzen].



Entre las cosas que uno, por algún evento casual o provocado, nota que ha perdido o abandonado a través del tiempo, me encontré frente a una pieza que formaba parte de ese viejo gusto por coleccionar esos detalles de la arquitectura que alegraban, salvo algunas escasísimas excepciones actuales, el aspecto de las construcciones.
Años atrás me encontraba en las entradas de algunos edificios bogotanos, especialmente esos que están repartidos en el viejo centro y que pertenecen –o lo hicieron– a la familia italiana que también pobló la misma zona con sus exquisitos en ambiente y recetas, restaurantes y cafés.
Es un ejemplo, claro; pero tampoco recuerdo muchos más edificios donde se pudiera apreciar el trabajo de ornamentación y de acondicionamiento técnico tan acorde con el estilo de la edificación o incluso, donde esos accesorios tuvieran un fuerte carácter, que los resaltaran, los destacaran del simple nivel funcional. Algo de ese Art Nouveau, o temprano modernismo se puede encontrar bellamente representado en otras ciudades colombianas como Bucaramanga o Barranquilla.
Hablo, ya para aclarar y aunque lo hacen las fotografías, de esas consolas o paneles de los timbres, citófonos de la entrada, así como llamadores y controles en elevadores.
Al pasar, un poco escandalizado de la multitud agolpada frente al legendario restaurante Els Quatre Gats, descubrí en el número contiguo esta pieza que me atrajo y me puso de nuevo en ese encuentro de hace tiempo, que había permanecido, si no profundamente dormido, al menos francamente distraído.
En la imagen se puede ver cómo algunos cambios han intervenido el modelo original.

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