Tja, leider handelt es sich nochmal um einem blog nur auf Spanisch. Also entweder lernt Ihr die Sprache oder bleibt Ihr bei den mehreren blogs auf anderen beherrschten Sprachen. Allerdings ist mein Wunsch jetzt der neue blog eines alten Freundes anzukündigen. Lieben Grüßen und bleibt dabei!
En un lapso muy corto me place volver a anunciar la aparición del blog de uno de mis muy buenos amigos de toda la vida, cómplice de ese realismo mágico que, a diferencia de quedarse en la carente categoría de género literario a nosotros nos es otorgado como única forma de vida. Testimonio de ello se refleja en lo que se ha dado a escribir en su espacio. Lo que ha dejado de sorprenderme hace años, luego de estar permanentemente confrontado con la clara condición de pertenecer a un pueblo hiperbólico –rasgo del que sólo se entera uno cuando vive fuera, "lejos", porque de otro modo es algo tan normal como todo lo cotidiano–, si no me causa ya sorpresa no obstante provoca algo que sólo atino a justificar por ese recurso de clasificación, como si existiera alguna idónea: el nombre del blog.
NIGHTDREAMER.
Me suena a foodeater, o a airflyer, a ventisca de viento, a mares acuáticos.
Claro, puede ser directa separación del daydreamer, de quien dormita en lugar de dormir; pero de hecho es una de esas palabras que existen sin la imperiosa existencia de un antónimo, porque la normalidad, lo obvio, es su referencia.
En fin, sin encallar en su título, se puede el visitante encontrar con un claro ejemplo de Web 2.0, con colaboraciones externas alternando los escritos del titular propietario, si es que en esta definición cabe esa noción.
Pacho –
Martín ahora, pero crecí llamándole por la cariñosa abreviación de su segundo nombre, que les dejo como abusiva adivinanza– eligió escribir de ese mundo tan ambiguo en lo íntimo y a la vez ajeno, pero con un ingrediente que me identifica, que me permite leerme en lo que escribe, ver un poco de mi historia también ahí contada. Muchos de sus paseos oníricos tienen lugar en el Colseguros de amores y odios, casa de buena gente y de gente buena (mucha para nada), guarida de intelectuales y familias de clase media bogotana, escenario de muchas historias que, si él se anima a contar, o más bien recontar, como hiciera en colaboración cuando, hace años, escribí junto a Ricardo Rivadeneira un intento de historia de barrio para una convocatoria con nombre similar, iniciativa del gobierno distrital, van a sonar más a sueño que los mismos sueños.
Invitados pues a visitarlo, no quiero callarme lo que me queda sin embargo como un agrio sentir al ver el vínculo a mi blog que, de otro modo sólo agradecería, pero que en la descripción elegida percibo ese tono desdeñoso, de gratuita indulgencia no pedida, no merecida, como injusta mezcla de soterrada reprobación y maternal resignación, la de quien dice "así lo quiero con todo y sus pendejadas", con esa falta de fe que también lamento reconocer como característica colombiana, y para triste consuelo muy internacional, de criticar a los propios con más dureza que a extraños. No sé por qué hay que cargar con ese tono de los amigos, casi hermanos, que no están completamente convencidos de lo que uno hace, que se matriculan como jueces parciales para escribir, sin un aporte objetivo y abierto, de uno y "sus vainas". Si bien un blog no es la cosa para tomar más en serio, en el gesto está que ya a ultranza y por extensión no se lo tomen a uno en serio.
Sale una orden de enchiladas, o para ser más claro, es todo por ahora.